lunes, 9 de diciembre de 2013

El principio de custodia (I)

Derivado de la Biblia, suponía que las empresas y los ricos fueran considerados custodios, o cuidadores, de sus bienes. El concepto de Carnegie decia que los ricos tenian "en custodia" el dinero del resto de la sociedad y que lo podían usar para cualquier propósito que la sociedad considerara legitimo. No obstante, también suponía que las empresas tenían el encargo de multiplicar la riqueza de la sociedad, incrementando el propio por medio de inversiones prudentes de los recursos que se le habían encomendado.

U.S. Steel, rigiéndose por las ideas de Carnegie, emprendió un programa activo de obras filantropicas. Era la excepción a la regla; entre la Guerra Civil y la Gran Depresión, la mayor parte de los empresarios se comprometió con el bienestar social en razón de requisitos legales o de presiones del movimiento obrero.

No fue sino hasta la Gran Depresión de los años treinta que una cantidad importante de ejecutivos adquirió un interés particular por el impacto de las empresas en la sociedad. En 1936, por ejemplo, Robert Wood (director general de Sears, Roebuck) habló con orgullo de que era "custodio" de "las muchas responsabilidades sociales generales que no se pueden representar matemáticamente y sin embargo, son de primoldial importancia". Los principios de la caridad y la custodia fueron aceptados por las empresas estadounidenses, en general, conforme fue aumentando la cantidad de compañias que reconocieron que el "poder engendra responsabilidad". Incluso, las empresas que no apoyaban estos principios, sabían que si no aceptaban su responsabilidad social por voluntad propia, el gobierno las obligaría a aceptarla.

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