sábado, 25 de abril de 2020

Recursos Humanos Las Leyes Parte 3

La Ley para la Igualdad de Remuneración, introducida por primera vez en 1946,  prohíbe la discriminación, mediante la cual los patrones remuneran a los hombres con cantidades superiores a las de las mujeres, por realizar trabajos que requieren, básicamente, las mismas capacidades, esfuerzos, responsabilidades y condiciones laborales. Por tanto, la Ley para la Igualdad de Remuneración requiere una remuneración igual; es decir, igual sueldo para trabajar iguales.

Hay un enfoque más reciente para lograr la equidad en la remuneración que se conoce con el nombre de valor equiparable. El valor equiparables un principio que indica que los trabajos diferentes, los cuales requieren capacidad y conocimientos comparables, merecen una retribución comparable. La idea surgió al observar que las mujeres solían estar segregadas en ciertas ocupaciones, por ejemplo, la enfermería  la docencia, que reciben sueldos inferiores a los de algunos campos dominados por los hombres, a pesar de que los estudios y las responsabilidades requeridos son similares. De hecho, algunos campos dominados por las mujeres requieren más estudios que algunos empleos masculinos, con mejor sueldo. Las estadísticas arrojan, una y otra vez, que, por cada dólar que ganan los hombres, las mujeres ganan menos de 70 centavos. Gran parte de esta diferencia es atribuible a la agregación de las ocupaciones. Si se toman en cuenta la capacidad  los conocimientos que, en realidad, se requieren para los trabajos, el principio del valor comparable pretende invalidar los patrones de discriminación salarial y de empleo que, con frecuencia, han establecido los lineamientos de los salarios o influido en ellos.

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