Cuando Robert Frey compró CIN-MADE en 1984, la compañia estaba prácticamente arruinada. El fabricante de envases de papel, con sede en Cincinnati, Ohio, no había cambiado sus línea de productos en 20 años. Los costos de mano de obra habían llegado a un máximo, mientras que las utilidades estaban cayendo más allá del piso. Una cuarta parte de los embarques de la empresa llegaban tarde y el ausentismo era alto. Los gerentes y los trabajadores no cesaban de tirarse a matar entre sí.
10 años después, Cin-Media está produciendo una nueva variedad de latas de compuestos muy diferentes y las utilidades, antes de impuestos, se han multiplicado más de cinco veces. Los trabajadores de Cin-Made son flexibles y están muy preocupados por el éxito de la empresa. La entrega oportuna de productos ha llegado al 98 por ciento y el ausentismo ha desaparecido practicamente. Incluso existen planes para formar dos compañias derivadas, que serán propiedad de los empleados de Cin-Made y operadas por ellos. De hecho, en la conferencia "Futures of the American Workforce", que tuviera lugar en julio de 1993, el presidente Clinton reconoció a Cin-Made como una de las empresas mejor administradas de Estados Unidos.
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