martes, 18 de febrero de 2014

Después de la Unión Soviética (I)

La Perestroika, la versión soviética de la reestructuración de la economía anunciada por Mijail Gorbachov en 1988, planteaba la necesidad de terminar gradualmente con la coordinación centralizada de la economía en la Unión Soviética. Cuando los soviéticos manifestaron su interés por aceptar inversiones extranjeras, empresas europeas, japonesas y estadounidenses respondieron de inmediato. Así, se formo un consorcio de empresas estadounidenses de primera línea -entre ellas Chevron, RJR Nabisco, Eastman Kodak, Johnson&Johnson y Archer Daniela Midland- para invertir, en la que fuera la URSS, entre 5 y 10 mil millones de dólares, en un plazo de quince años, por medio de una serie de conversiones. McDonald's ya ha abierto sus puertas en Moscú y Pepsi se ha convertido en una bebida consentida de los soviéticos. En conjunto, las más de 700 empresas en la participación suman más de 500 millones de dólares.

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