Es probable que la forma más extendida de relativismo sea el relativismo ingenuo; es decir, la idea de que las personas mismas son la vara para medir sus actos. El relativista ingenuo cree que, como las decisiones éticas son personales, importantes y complejas, la única opinión que cuenta es la de la persona que toma la decisión.
Sin embargo, a pesar de que la moral sea profunda y personal, es imposible suponer que no se puede sujetar a un razonamiento, sino todo lo contrario. Justo porque la moral es fundamental para la existencia, tenemos que efectuar razonamientos morales muy refinados y, para ello, precisaremos recurrir a la ayuda de quienes toman parte en el proceso de los razonamientos de orden moral, Si rechazamos el concepto de que las creencias morales de una persona pueden estar sujetas a escrutinios y críticas, cómo llegaría alguien a mejorar la calidad de sus decisiones morales? Si no existen parámetros para determinar si una decisión de orden moral es mejor o peor que otra, cómo podremos creer que la moral es importante?.
Etiquetas
- Administración de Recursos Humanos
- Administración del Cambio e Innovación Organizacional
- Administración y Gerentes
- Ambiente organizacional y Natural
- Calidad
- Como Inventar y Reinventar Organizaciones
- Cultura y Pluriculturalismo
- Dirección
- Diseño y Estructura Organizacional
- Evolución de la Teoría Administrativa
- Implantación de Estrategias
- La Globalización y la Administración
- Motivación
- Planificación y Administración Estratégicas
- Poder y distribución de autoridad
- Responsabilidad social y ética
- Toma de decisiones
martes, 14 de enero de 2014
Relativismo ingenuo (I)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario