Existe otro argumento de más peso contra el relativismo ingenuo. Al insistir que la prueba moral de un acto cualquiera radica en que la persona haya penado que era correcto o no, el relativismo ingenuo afirma que no se requiere considerar el contenido de un acto concreto, sino que sólo hay que saber si la persona actuó de acuerdo con sus creencias. Por consiguiente, habrá que suspender todo juicio sobre un acto referente a cuestiones como el aborto, el infanticidio, los derechos civiles y la pena capital. La verdadera falla del relativismo ingenuo es su indolencia. No se trata de una creencia, sino más bien de un pretexto par ano tener creencias. Muchas cuestiones éticas dificultan la posibilidad de digerir hechos y construir teorías, pero el relativista ingenuo ni siquiera se toma la molestia de hacerlo. Esta indolencia moral tiene su precio. Requiere que se abandone la esperanza de vivir en un mundo mejor o de llegar a ser mejores.
miércoles, 15 de enero de 2014
Relativismo ingenuo (II)
Existe otro argumento de más peso contra el relativismo ingenuo. Al insistir que la prueba moral de un acto cualquiera radica en que la persona haya penado que era correcto o no, el relativismo ingenuo afirma que no se requiere considerar el contenido de un acto concreto, sino que sólo hay que saber si la persona actuó de acuerdo con sus creencias. Por consiguiente, habrá que suspender todo juicio sobre un acto referente a cuestiones como el aborto, el infanticidio, los derechos civiles y la pena capital. La verdadera falla del relativismo ingenuo es su indolencia. No se trata de una creencia, sino más bien de un pretexto par ano tener creencias. Muchas cuestiones éticas dificultan la posibilidad de digerir hechos y construir teorías, pero el relativista ingenuo ni siquiera se toma la molestia de hacerlo. Esta indolencia moral tiene su precio. Requiere que se abandone la esperanza de vivir en un mundo mejor o de llegar a ser mejores.
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