Por ejemplo, muchas personas pronostican que Estados Unidos sufrirá escasez de mano de obra a finales de los años noventa. Si resultara cierto, entonces las estrategias empresariales deberán tomar en cuenta el hecho. Quizás algunas actividades que requieren mucha mano de obra se tengan que trasladar a otros países o, tal vez, los ejecutivos deban cabildear para que sean menos severas las leyes migratorias. Además, las industrias se verán afectadas por la escasez de mano de obra de diferentes maneras. Las compañías quizá tengan que adoptar una serie de sistemas nuevos para la remuneración o, incluso, formas nuevas de dividir y compartir el trabajo.
Estas consideraciones son evidencia clara de que el proceso de la ARH no puede estar divorciado de la estrategia; es decir, del curso general de la empresa.
Sin embargo, lo más importante es recordar que, a no ser que las políticas de la ARH estén influidas por todas las partes interesadas, la organización no podrá satisfacer las necesidades de todos los grupos de interés a largo plazo y fracasarácomo organización.
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