El síndrome del túnel carpiano también aflige, con frecuencia, a los oficinistas sobre todo aquellos cuyo trabajo entraña gran cantidad de manejo de teclados. Los ajustes menores, como elevar o bajar el teclado, proporcionar una silla más cómoda o pedir a los empleados que tomen descansos periódicos, con frecuencia pueden evitar el problema. En cuestiones ergonómicas, además de las consideraciones financieras y productivas, está el elemento ético que deben tomar en cuenta los empleadores cuando enfrentan la pregunta de que tan pronto y qué tan agresivamente atacar los problemas de los puntos de trabajo que afectan la salud y el bienestar de los empleados.
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